¿Qué tipos de contratos bonificados existen en España?
¿Has escuchado alguna vez hablar sobre los contratos bonificados en España? Estos han ido evolucionando y cambiando sus requisitos a lo largo del tiempo. En España, existen algunos casos de contratos susceptibles de bonificación legislados en la Ley 43/2006. Si te interesa conocer en mayor profundidad sobre los contratos bonificados aquí os dejamos un listado de los principales.
¿Qué son los contratos bonificados?
En primer lugar, los contratos bonificados o con incentivos son a los que las empresas pueden acogerse si contratan un perfil que requiera de un contrato bonificado. Para ello, es imprescindible cumplir, como es de esperar, con una serie de requisitos mínimos.
Si tenemos en cuenta la alta temporalidad y la baja calidad de los puestos de trabajo en España, estos contratos bonificados pueden resultar en una oportunidad tanto para la empresa como para el trabajador. En datos de Eurostat, conocemos que la tasa de temporalidad en España durante el 2020 fue de 24.7%, hasta 11.1 puntos más que la media europea.
Los tipos de contratos bonificados
Actualmente en España contamos con 4 tipos de contratos bonificados principalmente. Estos no presentan el mismo nivel de bonificación, puesto que cada uno de ellos se adecúa a unas características y requisitos determinados.
Contrato de Formación
Tal y como nos muestra la página oficial del Servicio Público de Empleo Estatal, este contrato tiene como objetivo la cualificación profesional del trabajador. Además, se emplea para mejorar la empleabilidad de los jóvenes, encuadrándose dentro de las actividades formativas de FP (formación Profesional) o Certificados de Profesionalidad.
Sus características principales son:
- Que tengan una edad comprendida entre 16 y 25 años (menos para las personas con discapacidad o colectivos en exclusión social).
- Duración mínima de 1 año y máxima de 3.
- No presentan costes de seguros sociales.
Contrato de Prácticas
En el de prácticas, el objetivo es que el trabajador realice trabajos en empresas adecuados a los estudios. A diferencia del anterior tipo de contrato, en este el trabajador debe poseer un título formativo (universitario o de formación profesional). Además, se debe tener en cuenta:
- No puede haber pasado más de 5 años desde la terminación del curso (7 años en el caso de personas con discapacidad).
- La cuota empresarial a la Seguridad Social se reduce hasta el 50%.
Contrato de interinidad
Este contrato sirve principalmente para realizar sustituciones. Estos trabajadores realizan una sustitución temporal ya que el antiguo trabajador tiene derecho de reserva de su puesto (ocurre con las mujeres embarazadas, por ejemplo). Por tanto, las características son:
- La duración será determinada por el tiempo que dure la ausencia del antiguo trabajador.
- Siempre debe ser a jornada completa (a no ser que la sustitución se realice sobre un trabajador que estaba a jornada parcial).
- Las bonificaciones irán cambiando a lo largo de los años.
Contrato por obra y servicio
Este último que explicaremos aquí, se trata del contrato por obra y servicio, cuya actividad se relaciona con el ejercicio normal de la empresa (su actividad diaria) pero se desconoce la duración exacta de la misma. Entre sus características encontramos:
- Cuando el contrato dura más de 1 año, su extinción requiere de un aviso por 15 días
- Cuando finaliza el contrato, el trabajador tiene derecho a una indemnización de 12 días por cada año trabajado.
- La duración máxima de este contrato es de 3 años.
Asistencia Jurídica para seleccionar el tipo de contrato ideal
Las bonificaciones para las empresas cambian en función de su tamaño u otras características que la Administración Pública tiene en cuenta. Además, las diferentes opciones que existen para la contratación hacen que para el empresario la elección del contrato ideal sea una tarea ardua.
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